Tiempo ha pasado y nada se ha escrito en este blog, que empezó con fuerza y ganas de contar vivencias y sentimientos destinados a ser compartidos, con el único propósito de mostrar el poder de las palabras extraídas de un corazón inquieto que ha pesar de todo lo sucedido en estos últimos tiempos aun tiene ganas de vivir y ofrecer.
Con un concurso de fotografía ganado con la inestimable ayuda de mis amigos, un perfecto modelo para un estupendo fotógrafo, tuvimos la suerte de marchar a un gran festival de música, al cual no podríamos haber asistido por la cruda realidad de nuestras economías. Sorprendido con el aguante y la planta que demostró Heladio (mi coche de 12 años de antigüedad), salvamos una distancia de casi 600 kilómetros para llegar al inimaginable albergue que acogería nuestro cansancio durante tres noches.
Grandes grupos con sus respectivos espectáculos nos esperaban dentro de un recinto de dimensiones tan grandes como sus precios para cualquier cosa, con lo que concluimos que las baterías serían recargadas a base de petaca y “cervezabeer”. Empezamos en el escenario Llevant ubicado “allá donde cago Ramón” con la actuación de Interpol que demostraron un sonido muy limpio a la par que lineal, así que después de escuchar Evil, nos dirigimos hacía un cuello de botella jamás imaginado (escenario ATP), donde Caribou nos hizo vivir el único momento de baile de los tres días, ¿porqué esto fue así?... después será contado*. Llegaba el momento de la gran puesta en escena de The Flaming Lips, digna de los dorados tiempos de Hollywood, sorprendidos quedamos, sorprendidos con: la bola de plástico y aire en la que andaba su frontman sobre el público, sorprendidos con todo el reparto de el Mago de Oz (lleno de Wendolines o Dorothys, según el interesado) bailando sobre el escenario al tiempo que lanzaban confetis y globos como piñatas, sorprendidos con la cámara incorporada en el micrófono de Wayne que nos mostraba su cara con todo detalle (excesivo detalle), sorprendidos con el láser que pensábamos procedía de la bola de discoteca que coronaba el escenario, pues ¡NO, de sus manos! y sorprendidos con el vendedor ambulante de cerveza que no sabía donde se había metido… Ay ¡pobre hombre de hojalata!. Bueno también hubo música, una primera media hora con mucha fuerza y el resto escuchando las monsergas del cantante, quizás no eramos el sonsángano y estático* público al que iba dirigido el espectáculo, en fin una película americana. Con intención de ver El Guincho corrimos al Llevant (allá donde...), pero como empezó antes de lo previsto terminó antes de lo esperado, (vaya perogrullada), así que nos dimos un largo paseo nocturno por un sector de la ciudad donde se fuma en pipa.
Con la amenaza de no poder dormir hasta la una y media de la tarde nos acostamos al alba del viernes, y gracias a un gran discurso improvisado o las pocas ganas de trabajar de las señoras de la limpieza si se pudo chafar la oreja, coger el sobre, defragmentar el disco duro (dormir) del tirón. Ya con energías recargadas y mi pie completamente partido* ¡maldita escalera de litera!, Visitamos la plaça de Catalunya donde los palos ya habían acontecido y donde pudimos leer cosas tan difíciles de entender como: “el barça no et dóna de menjar” Era la hora de volver al ataque, fue con The Fiery Furnaces y el tiro salió por la culata o nos la jugamos al cero verde. El ultimo tema de La Célula Durmiente y escuchar Tennis de pasada nos explicó el porqué de la culata verde.Después de siete años esperando (Fib2004), Belle and Sebastian si merecieron ser vistos deleitándonos con temas clásicos de su repertorio, algo de teatro y un buen final con Sleep The Clock Around. Bien Paco, bien.
Poco tiempo pudimos disfrutar de Explosions in the Sky, lo suficiente para saber que eran palabras mayores y poder montar en Postcards from 1952. El giro de la noche llamaba a las puertas, la otra mitad de los premiados llegaba ondeando a Patricio, mientras la banda se preparaba para subir al escenario después de 10 años, y así aconteció: con la tranquilidad y alegría de reunirnos todos de nuevo, el telón del escenario San Miguel cayó dejando al descubierto, una a una, cuatro letras de neón: P U L P. Los noventa habían vuelto, la generación X aun tiene cosas que decir y con Jarvis Cocker a la cabeza recordamos nuestra primera vez, bailamos en la disco 2000, algo cambió esa noche y tuvimos consciencia que todos los indignados del 15M somos gente común. Muy buen retorno para todo un estandarte del Brit Pop. Con el punto álgido de la noche cumplido disfrutamos de un poco de asiento en las gradas del escenario Ray-Ban, necesitado por la mayoría, unos llegaban de un viaje maratoniano y otro tenia el pie como la mangrana del Misteri™. Battles eran los encargados de ambientar nuestro descanso con un sonido tan potente que alguno dudaba si vibraba la grada o el “selular”. Y de vuelta al albergue subiendo unas cuestas que le recordaban a mi pie que no estaba de acuerdo con mis intenciones.
Sábado, último día de festival, mas frescos que nunca y con el pie peor que siempre se dividió la expedición, una mitad necesitada de comprar neceseres imprescindibles para un viaje, los cuales pueden ser fácilmente olvidados por las prisas. Y la otra mitad en busca de la familia que aun viviendo en la distancia se siente muy cercana y esta vez lo estaba, comida muy agradable y otra vez emotiva despedida, que malo es echar de menos y que bueno es saber que hay cosas que el tiempo no puede cambiar. Pues nada, adentro, cervezabeer y Papas Fritas, (así como suena) y así sonaron con aquel inconfundible Way You Walk incluido en Buildings and Grounds, un poco temprano pero muy recomendable. Sentados en el falso césped (tierra a mancaperro) y rodeados exclusivamente de "strangers" Fleet Foxes desconocidos para nosotros nos sorprendió agradablemente con su folk armónico . Una de cal y otra de arena, es decir Einstürzende Neubaten, del folk al rock industrial, peculiar donde los haya y nada falto de potencia. Otra culata verde: Mogwai solo lo disfrutamos durante una breve cena, a cambio entramos en el inimaginable cuello de botella (ATP) donde John Spencer Blues Explosion no supo el, o no supimos nosotros integrarnos en su concierto de rock & blues. Si alguien quiso demostrar que realmente son un producto nuevo y distinto Animal Colective dieron en el clavo, con el riesgo y dificultad de llegar a ser digeridos y para más I.N.R.I la digestión se complicó con todo el hedor a deshechos humanos de tres días que emergía de "les clavegueres". Así que los cuatro ganadores del concurso decidimos clausurar el festival, metro con el aforo hasta la bandera, cánticos culés por doquier y una peste a plástico quemado, solucionada a cambio de convertir los andenes en un horno.
Este fue el viaje al Primavera Sound 2011, gracias al concurso Never Hide de Ray-Ban, pero ¿porque me he dedicado a escribir esta crónica de festival?, cuando en muchos he estado y no lo he hecho nunca y además, hay alguien que me antecede y lo hace mucho mejor (El Camino Alternativo), ¿porque he vuelto a desempolvar este blog con la intención de no dejarlo en el olvido? Pues porque me han vuelto ha hervir las ganas de escribir... Por que a las once menos veinte de la noche del veintiocho de mayo de dos mil once el cielo de Barcelona abrió sus puertas y descendió un ángel. Un ángel vestido de blanco, un tocado rebelde de plumas y la voz más dulce, cristalina y sentida que jamás haya escuchado. Donde sus movimienntos y gestos eran regalos para la vista, donde el aplauso se convertía en un auténtico agradecimineto. Así empezó el viaje que nos trasladó al corazón del arte llamado música, donde llegó el momento de ser felices, sentirse unidos, acordarse de todas las personas: familia, amigos, ex... con quien nos hubiera gustado compartir un momento tan único y mágico...
GRACIAS PJ GRACIAS