Esta generación, nunca fue un melón ciego incapaz de ver que no llueve, no necesitaba de la cuadrilla del sabueso para averiguar que el tejado estaba ardiendo, sin duda y sin ayuda una chica solamente con un pálpito digno de la gente común podía cerciorarse de ello, para después merecidamente dormir alrededor del reloj y soñar, soñar con una escena del colorido océano surcado por un barco y su canción sobre el río al que son llevados todos los instintos naturales, porque sin ellos no somos nada y no queremos placebos que los emulen para sentirnos bien dentro de los intereses de unos pocos que mucho disfrutarían viéndonos paranoicos buscando nuestro futuro en la basura con la intención de llevarnos a un estado de pérdida del control, donde el egoísmo es capaz de desequilibrar la innata química entre hermanos.
Que difícil balanza nos tocó equilibrar, ni los mejores niveladores podrían asegurarnos que un día tan hermoso, solo visto en un rápido movimiento de ojos nos fuera a conducir por el camino descrito por la rápida bola del destino, necesitando a veces sentarnos en piedras rosas para ser adorados por nuestro propio orgullo, dejando al descubierto la razón por la que nuestro corazón se siente tan mal. Siendo esta razón la frágil conexión elástica entre la conciencia y la inconsciencia que nos permite despreocupadamente comer pimientas de chili rojas calientes o comprometernos para pasar al otro lado, influenciados por la insinuación de la reina.
Y algunos pasamos al otro lado, tan lejos y con tanta fuerza como el grito primate del sufrimiento huyendo de los crueles ojos de la swastika, así empezaría realmente el tiempo de nuestra vida y viajaríamos alrededor del mundo, acompañados por unos profesores que nos hablarían de acontecimientos causales y no casuales y de sus causantes que no serían duendes, mas bien gigantes de nuestra codiciosa sociedad que podrían estar bebiendo en L.A.disfrutando de su brillante lluvia sin importarles las consecuencias ajenas, pero a pesar de sus ataques masivos nunca perdimos nuestro ángel guía, ni dejamos escapar la musa en un vacío museo de músculos.
No todo lo que rodeó a esta generación fueron engaños y mentiras enviadas a través de balas con alas de mariposa, hoy mismo y esta noche podremos montar desarmados en una calabaza aplastada y dirigirnos hacia el infinito donde sabremos quienes somos y que despiertos estamos, porque todos los que vivimos niñez o adolescencia alrededor de 1.979 y quisimos abrir los ojos fuimos marcados por el despertar de una nueva conciencia consciente que nació en los 90, años únicos, irrepetibles y no volverán, pero estuvieron cunado tenían que estar y mantendrán eterno el espíritu de toda una generación , porque quien puede medir la eternidad más allá de su vida? Y quién de esta generación olvidará aquellos años?. Por suerte esta década dejó mella y abrió las puertas de la siguiente reincidiendo en Dolores, que cambió su nombre por Libertad…y eso si que nos gusta...